jueves, 3 de mayo de 2018

MI CRÁNEO AGUJEREADO



vuelve a ver y mis descoloridas mandíbulas crujen ante el deseo de contar los secretos de Broken...

                Y así se alzan al fin estas palabras de la tierra en que voy a enterrarlas, desafiando al destino como jamás podrá hacerlo Broken, mi patria. Seguirán los grandes muros de granito de la ciudad hechos añicos hasta regresar a la piedra pulida con que fueron construidos. No pretendáis, estudiosos aún nonatos, conocer mi reino; está tan barrido por el viento y tan olvidado como mis huesos. Tengo ahora el propósito de contaros cómo llegó a ocurrir esta catástrofe.

Tampoco deberéis ocupar vuestras mentes, quienquiera que desentierre este relato, indagando quién soy o qué hice en vida: vendrán pistas suficientes, pero los febriles intentos de interpretarlas no servirán más que para distraeros de la importancia que pueda tener la tragedia mayor. Baste con saber que he muerto y que, de uno u otro modo, he presenciado cuanto aquí describo.

¿Os asombra que hable de tragedias? ¿Qué otra cosa puedo hacer? No en vano, sé bien que los historiadores de vuestro tiempo no podrán siquiera afirmar con convicción si Broken llegó a existir pese a sus magníficos logros. Sé bien que sus enemigos, así como algunos de sus más leales ciudadanos —y, por supuesto, la propia naturaleza—, pondrán tanto empeño como evidentemente han puesto ya para desmantelar la magnífica figura de esta gran ciudad. Y sé que yo mismo, de cuya mente brotó dicha magnificencia, aún tengo por justa esa destrucción...

Antes de seguir, téngase en cuenta, por encima de todo, lo siguiente: os embarcáis en un viaje en el que intervienen todas las crueldades, todos los impulsos contranaturales y todo el salvajismo de los que son capaces los hombres; y sin embargo, también hay aquí compasión y valor, aunque forma parte de las peculiaridades de esta historia que cada una de esas virtudes aparezca cuando menos se la espera. Entonces: que la fortaleza del corazón os guíe a través de cada período de confusión para llegar al siguiente punto de esperanza, alejando el desánimo del alma y permitiéndoos así obtener de esta historia un aprendizaje que mis descendientes y yo mismo dejamos escapar.

Caleb Carr, La Leyenda De Broken

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