lunes, 6 de noviembre de 2017

SHAKESPEARE


Lo sé, lo sé, Shakespeare gusta a todos. Pero ¿cómo podría no gustar? Vamos que… Mercucio y Bottom y «Es el ruiseñor» y el bosque de Birnam y «¡Nuestra banda de hermanos!» y La ratonera y «¡Un caballo! ¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!» y Dogberry y «Bésame, Kate» y la pobre Cordelia. ¿Qué podría no encantarnos? Mi obra favorita es Noche de reyes, que logra ser hilarante y emotiva a un tiempo. (Recomiendo la versión de Imogen Stubbs y Ben Kingsley). Tom Stoppard tiene razón: Viola es la mejor heroína de la literatura.

También odio a Shakespeare. Se le da todo tan bien: personajes, tramas, diálogos, la comedia, la tragedia, el suspense, el romance, las réplicas ingeniosas, la ironía. Está claro que todas las hadas madrinas asistieron a su bautizo. (Evidentemente, la maldición del hada malvada fue más o menos: «Nadie creerá que un chico de Stratford-on-Avon pueda escribir algo así, y te volverán loco afirmando que tus obras fueron escritas por Christopher Marlowe, la reina Isabel o un comité»).

La mayoría de los autores se defienden con uno o dos talentos, o se limitan a contar la misma historia una y otra vez, como F. Scott Fitzgerald con Zelda, o sólo escriben un libro, como Margaret Mitchell o Harper Lee. Pero Shakespeare escribió un montón de cosas, todas geniales. Podía escribir vodevil, luchas a espada, escenas amorosas y filosofía. Sus personajes secundarios son geniales —Feste, Puck, Polonio y Falstaff— y sus mujeres son las mejores de la literatura: Beatriz, Porcia, Helena, lady Macbeth y Rosalinda. Su estructura narrativa es deslumbrante, sus escenas de muerte son inolvidables. Lear diciendo: «Tan cierto estoy de ser un hombre como de que esta dama es mi hija Cordelia» y «Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca». Podía tomar exactamente la misma historia de amantes desventurados y contarla en clave de tragedia (Romeo y Julieta), luego en clave de farsa (la obra de Píramo y Tisbe en El sueño de una noche de verano), en clave de comedia romántica (Mucho ruido y pocas nueces) y en clave de tragicomedia (Cuento de invierno), y en cada ocasión transmitir algo nuevo y original. Y, por si eso no fuese suficiente, inventó toda la lengua inglesa. Es por completo injusto.

Incluso se le dan bien las comedias alocadas.

Connie Willis, Lo Mejor de Connie Willis I

No hay comentarios:

Publicar un comentario