miércoles, 14 de septiembre de 2016

EL GRAN LABERINTO


En una ciudad se está celebrando un partido de fútbol anunciado como el partido del siglo, pero su duración excede lo habitual, ya que los asistentes llevan una semana en el estadio, sin intención de salir.

Fisco y Jaiko, dos amigos, preocupados por la situación de sus familiares y por la extrañeza del caso deciden acudir a su librería preferida “El Pozo y el Péndulo” en busca de consejo, y el propietario les propone que vayan a buscarlos.

La gente parece hipnotizada y no quiere salir, olvidándose de lo que han dejado fuera. En el estadio conocen a dos hermanos, Sara y Arno, que también pretenden buscar ayuda, entonces una vendedora ambulante les da una cajita metálica para que la rellenen con ocho letras que serán las que abran la puerta principal y liberarán a la gente atrapada. Consiguen escapar del campo de fútbol y vuelven a la librería.

El librero les relata una extraña historia sobre un habitáculo de la librería que llama “El laberinto de las sirenas”, y que a Fisco y Jaiko les había llamado siempre la atención. Tenía un gato que se metió allí y volvió con una rosa en la boca y no se sabe de dónde procedía, animándoles así a buscar las letras en el laberinto para poder salvar a sus familiares.

A través del “laberinto de las sirenas” emprenderán diversos viajes por el espacio, el tiempo y la literatura y conseguirán las letras con ayuda de personajes como Don Quijote, Sherlock Holmes, Frankestein, Leonardo da Vinci, Oscar Wilde, Jan Patocka, etc...

En esta novela el filósofo y escritor Fernando Savater nos habla de la libertad y de las
facultades que sirven para alcanzar la felicidad del alma. Para ello, se va a servir de los viajes que realizan los muchachos, abarcando su arco temporal desde el siglo V a. C, donde encuentran una caravana con el pensador Lao Zi, hasta el siglo XX con el filósofo Jan Patocka, aunque el orden de estos viajes no responde a ningún criterio de tipo cronológico. El librero Don Pantaleón y la vendedora ambulante serán los guías de los muchachos, además de los personajes que van encontrando en los distintos viajes.

La novela se rige por un lenguaje sencillo, de fácil lectura, a excepción de algunos cultismos y léxico especializado. La voz del narrador intenta llegar al lector sin ninguna dificultad con el fin de que este no abandone la lectura. El estilo, aunque sencillo, cambia en conforme los personajes que surgen a lo largo de la novela: cervantino en los diálogos de Don Quijote y Sancho; un estilo típico de Conan Doyle con Holmes

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