viernes, 22 de agosto de 2014

YO QUIERO ESCRIBIR

Como a un niño. Me tratan como se trata a un niño que acaba de quedarse sin su juguete favorito. Así lo ven ellos, supongo. Un capricho infantil, una tonteria de crío que se me pasará y se me olvidará,  que se borrará para siempre de mi vida sin dejar huella.

Qué poco entienden lo que es la escritura, la pasión por crear mundos, por poblarlos de personajes que vibran y se emocionan, como nosotros, para luego acompañarlos línea a línea a través de sus conflictos, de sus aventuras.

¿Es que no hay nada en sus vidas parecido a eso? ¿No hay nada que les apasione, que les haga tan felices como para olvidarse de sus ambiciones y sus egoísmos?

Son buenos chicos. Algunos son muy inteligentes, y todos tienen talento. Pero la imaginación la tienen muerta. Si no, me entenderían. Y sabrían por qué me siento como me siento

ANA ALONSO Y JAVIER PELEGRIN, ODIO EL ROSA (Historia de Dani) 


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